Laurel

Asíeslavida

Hola Lattice

La Lattice

Casi no sé ni por dónde empezar. ¿Vivimos en una simulación, verdad? Tiene que ser así... De hecho, hace tiempo que varios grupos de científicos advierten sobre esta posibilidad, y al parecer tiene un porcentaje bastante elevado de probabilidad. Si te detienes a pensar en profundidad, en realidad sí vivimos en una simulación. Al fin y al cabo, una simulación es cualquier cosa que difiere de la realidad, y si algo sabemos bien por la ciencia, es que absolutamente todo está compuesto de átomos, quarks, partículas... A nivel microscópico podemos observar que toda la materia tiene su misma base, por decirlo de algún modo, y está muy lejos de lo que percibimos a través de nuestras complejísimas retinas en el día a día.

Qué complejidad existe en realidad entre nuestro cerebro y lo que observamos sin apenas darnos cuenta. Hoy estaba echando una siesta en la cama. Cuando llegué, mi gata estaba estirada; me tumbé a su lado. Pasaron unos diez minutos y de pronto se me tiró a la cabeza y me arañó muy cerca de la sien. Al principio me puso de muy mala hostia, le eché la bronca medio gritando, la obligué a salir de la habitación y cerré la puerta.

Después empecé a reflexionar: ¿cómo puede ser que me haya hecho esto? Nunca en estos cuatro años me había atacado así. Siguiendo con mis cavilaciones, llegué a una conclusión. A veces me doy cuenta de que no ve muy bien del todo —es curioso, porque en las revisiones veterinarias siempre me dijeron que tiene la vista perfecta, aunque desde pequeña había notado algo raro—. Lo cierto es que los gatos no tienen una visión como la nuestra: ellos ven algo difuminado, es decir, aprecian la realidad de otra forma. Mejor dicho, esa es su realidad, porque afirmar que la nuestra es la auténtica sería falso, ya que no todos los animales distinguimos de igual manera lo que nos rodea.

Reflexionando sobre todo esto, estos días me he afeitado completamente la barba y me he cortado el pelo. Además, he perdido unos ocho kilos en estos dos últimos meses, y durante este último mes he notado algunos días que mi propia gata no me reconocía cuando llegaba a casa: veía que se le erizaba la cola hasta que le hablaba, ya que por la voz sí me identifica. Como estábamos durmiendo, seguramente se despertó, me miró y se asustó pensando que no era yo. Pero no veas el zarpazo que me dio: hasta me hizo sangrar. Me puso de muy muy mala hostia, la verdad. Ahora estoy más tranquilo, aunque no puedo fiarme mucho, ya que no quiero ni imaginar si me hubiera dado en el ojo.

El otro día volví a leer el libro de Jacobo Grinberg, "La Teoría Sintérgica". Me fascina toda la historia de este hombre. La descubrí por casualidad hace unos años a través de una persona que me habló de él. Es una auténtica locura de esas que me encantan. Realmente te das cuenta de que era un adelantado a su tiempo. Aunque gran parte de la comunidad científica lo consideraba un poco charlatán, debo decir que tiene muchísimas reflexiones de un sentido común increíble, pese a estar lejos de ser comprobadas por la ciencia.

Por otra parte, tal y como incluso algún científico ha reconocido alguna vez, la ciencia también limita. Es decir, todo aquello que no tenga una base científica es excluido y rápidamente lapidado por la mayoría de científicos —claro que me refiero a esos científicos tan testarudos que a menudo no son los que hacen descubrimientos revolucionarios—. Precisamente Einstein fue considerado uno de ellos, y yo siempre me pregunto: si no vas más allá de los propios límites de la ciencia, entonces difícilmente te permitirás descubrir cosas realmente demoledoras.

Otra cuestión más importante que me planteo a menudo: ¿cómo puede el ser humano tener esa capacidad imaginativa fuera de los límites del propio conocimiento? Eso es una señal clarísima de algo que decía Jacobo Grinberg: que Universo y Conciencia son lo mismo. Es decir, ¿será cierto que dentro de nuestro cerebro, en nuestra conciencia, está todo el poder y la sabiduría del Universo?

Lo más interesante de Jacobo Grinberg es que algunas de sus rocambolescas teorías parece que, gracias a los avances de la mecánica cuántica, están empezando a darle la razón. Hace tiempo que los científicos hablan de las numerosas semejanzas entre el Universo y nuestro cerebro.

Ahora estoy leyendo un segundo libro suyo, "El Cerebro Consciente". Debo decir, de forma negativa, que joder, estos libros están un poco mal escritos y tienen faltas de ortografía, lo cual me pone bastante nervioso cuando leo. También tengo que reconocer que no son de lectura súper fácil; a veces pienso que el porro era un biturbo. Pero me encanta el tema y todo lo que trata —de hecho me fascina—, y son cosas que le dan muchísimo sentido a mi vida actualmente, ya que hace tiempo que siento bastante desapego hacia la manera en que vive la humanidad. O bueno, quizás es por culpa de vivir en un país donde en realidad no quiero seguir residiendo.

Haciendo un paréntesis, diré que me estoy preparando para marcharme a un lugar donde creo que todo cobra mayor sentido según mi forma de ser. Quiero ir a Suiza, busco una vida más tranquila, y parece que allí la vida ofrece más posibilidades que aquí en España. No es que lo de España sea algo reciente; de hecho, hace muchos años que quise irme, pero es lo típico: cuando eres joven todavía te falta conocimiento para entender mejor todo lo que te rodea. España es un país de cafres y de ricos egoístas, un país que todo lo que ha conseguido ha sido más bien por puro azar y destino: posicionamiento geográfico, clima... Además, cualquier país que quiera vivir del clima y el buen tiempo, creo que simplemente está destinado a ser una casa de putas del resto del mundo, el patio del colegio, por así decirlo. Y ya sabemos qué pasa en el patio del colegio: de todo, descontrol, mala educación, conflictos, problemas...

Bien, decía que me estaba leyendo este segundo libro, y en él te habla del vacío. Es muy interesante este punto de vista porque dice que en el vacío entre dos cosas materiales está precisamente la máxima complejidad y alta frecuencia: todo aquello que no podemos ver. Pero tiene cierto sentido. Nosotros llamamos vacío al espacio que percibimos entre dos objetos porque simplemente no vemos nada entre ellos, pero es muy fácil entender que no es del todo real.

Para comprenderlo es sencillo poner el ejemplo de que nosotros no podemos ver los rayos gamma, ciertas ondas y otros aspectos científicos. Sabemos que el sonido fluye por el aire, pero tampoco lo podemos ver. Y ahí es donde quiero llegar: si nosotros vemos de una manera particular —a la que llamamos realidad—, pero todo está formado en parte de otra realidad, y algunas cosas no las podemos observar, pues para mí ya es un síntoma claro de que existe una simulación.

Yo entiendo que para que lo que vemos fuese real, no debería existir nada que se percibiese diferente ni acercándose con un microscopio con un aumento de un millón de veces, por ejemplo, a nuestra piel o a cualquier objeto material, de forma que encontrásemos exactamente lo mismo que está compuesto visto con nuestra retina a cualquier distancia. Sé que puede sonar algo rocambolesco, pero en cierto modo tiene sentido.

Por ejemplo, si observamos un videojuego en una pantalla, pasa lo mismo: si te acercas lo suficiente verás los píxeles; si indagas lo suficiente sobre el videojuego, descubrirás que es un software, luego descubrirás el código y sus algoritmos.

A medida que he ido leyendo sobre diferentes aspectos de nuestra vida —especialmente ciencia, psicología, historia, entre otros—, te das cuenta de que en parte parece que nuestro consciente y subconsciente replica muchas cosas, o diría que casi todas, que tienen que ver con el propio Universo. Es decir, cada vez me da más la sensación de algo que también dice Jacobo Grinberg: que nuestro cerebro, o mejor dicho nuestra conciencia, posee todo el conocimiento del Universo, solo que no somos capaces de aprovecharlo al cien por cien.

Muchas veces reflexiono, por ejemplo, sobre el software y el hardware, y establezco esta similitud con la vida misma. Es decir, hemos sido capaces de crear cuerpos —hardware— que poseen datos e información, pero la cosa no termina ahí: hemos conseguido que exista una nube, que son los servidores de grandes empresas que almacenan toda esa información y que, en caso de perder el hardware, esa información sigue viva y con la posibilidad de poder recuperarla en un nuevo hardware. Esa es la sensación que tengo con nuestra conciencia y nuestro cuerpo. Quién sabe si al morir la conciencia de alguna forma continúa, aunque sea de otra manera.

Otra cosa increíble son los sueños; a mí me fascinan. Hace muchos años, creo que tenía unos veintipocos, descubrí los sueños lúcidos leyendo, y casualmente lo experimenté. Es algo tan increíble que no tengo palabras para describirlo. La gran putada es que duró poco: el control del sueño no fue muy prolongado. Aunque en cuanto a tiempo, yo no noto el tiempo en los sueños —es como si no existiera—, pero claro, como sí existe una secuencia de cosas que suceden, por ahí lo puedo medir. Es muy curioso porque no existe sensación alguna de tiempo. Además, puedes estar en una cosa e irte a otra completamente distinta de pronto, algo totalmente diferente.

Hablando de sueños, me fascina el sexo en los sueños. Ahora tengo 43 años, pero todavía hace poco tuve algunos sueños eróticos, y claro, si llegas al orgasmo, sinceramente es mucho más potente que en la realidad. Es algo que me alucina. La peor parte es que cuando me despierto tengo que cambiarme los calzoncillos: es increíble la correspondencia que tiene la mente con el cuerpo humano.

Para entender mejor todo esto es clave también leer "La interpretación de los sueños" de Sigmund Freud. Tengo que decir que lo tengo por terminar; lo dejé algo abandonado hace un tiempo, pero me lo acabaré de leer, ya que fue una época un poco chunga cuando lo empecé y perdí algo de motivación por la lectura. Pero recuerdo bien un ejemplo en el que decía: si aplicas calor a la pierna de una persona mientras duerme, existe una correspondencia en el sueño de esa persona; por ejemplo, de pronto puede estar en un incendio o algo que tenga que ver con ese calor.

Estoy seguro de que los sueños tienen mucho que ver con lo que hay después de la muerte. No digo que sea igual, pero que tiene una similitud, estoy casi convencido. Lo de los sueños lúcidos es una pasada. ¿Te imaginas que en el futuro se puedan controlar con mucha facilidad, como en la película "Origen"? De hecho, la película está basada por completo en ellos. El problema, como siempre, es el sistema actual en el que vivimos —tema que seguro sacaré más adelante porque para mí no tiene ningún sentido actualmente—. Y si antes lo tenía, era simplemente por falta de conocimiento y alto grado de ignorancia.

Otra cosa que también experimenté una vez fue el viaje astral. Esto también solo me ha pasado una vez en mi vida, curiosamente siendo joven. Muchas veces pienso que la ventaja de ser joven es que todavía no estamos súper contaminados por la triste realidad que ha creado el ser humano: es decir, somos como vírgenes y estamos mucho más cerca de la auténtica realidad, porque al fin y al cabo provenimos de ella. Pero a medida que pasa el tiempo, si no somos conscientes de ello, vamos perdiendo esa alta frecuencia —por decirlo de algún modo— que nos conecta con el todo.

Lo del viaje astral fue sorprendente también, porque de pronto me vi en mi habitación durmiendo: yo estaba levitando en el techo y me veía perfectamente en mi cama. La sensación en el sueño fue absoluta de estar viéndome desde arriba, pero percibiendo que era en directo, es decir, que era ese mismo momento. De pronto me trasladé a Estados Unidos —no recuerdo con total exactitud si era Nueva York, pero esa era la sensación—, y yo volaba desde arriba, bastante cerca de la gente, las calles, etc. Lo veía todo de la ciudad. Cuando desperté, pensé en todo lo del viaje astral y volví a buscar información, y claro, todo cuadraba bastante.

Bueno, hasta aquí hemos llegado hoy, un día más. Iré escribiendo sobre lo que me apetezca y sobre lo que surja según el momento. Tengo mucho por escribir en realidad, tanto del pasado como del presente y futuro. Lo que sí aseguro es que no será ordenado: este blog va a ser a modo de diario, y en realidad me sirve para huir del tumulto de las redes sociales de mierda de hoy en día. En realidad tampoco tengo ninguna intención de que se dé a conocer ni nada por el estilo. De hecho, cada vez me siento más cómodo con la soledad y su serenidad, y si de paso a algún friki como yo le sirve de algo pasar y leerme, pues espero simplemente que lo disfrute.

Tampoco aseguro una continuidad diaria, ni siquiera sé si semanal o mensual. La procrastinación cada vez me gusta más, aunque en el fondo soy bastante inquieto. El tiempo dirá: siempre y todo es cuestión de tiempo, por lo menos los que estamos en vida. Los que no, ellos sabrán según el plano en el que estén. En cualquier caso, todos lo descubriremos algún día.

**Corregido ortográfica y gramaticalmente por Claude. Puede contener algún error, no te sulfures, ya lo hago yo.